Se acerca la mitad de año y, seguro, muchos ya nos estamos cuestionando esos propósitos que teníamos el diciembre pasado. Cuando vemos que los planes que teníamos no se van dando como esperábamos, entre ellos el contar con una planificación financiera ante una posible crisis, aparece el estrés y la desmotivación. Pero no hay que estancarnos en eso, ¡de todo hoyo negro se sale! Para eso, te traemos 5 pasos que puedes empezar a aplicar desde hoy para salvarte o prevenir una crisis financiera.
Paso 1: identifica señales de advertencia de una crisis financiera
Si bien las crisis financieras suelen generarse por factores que están fuera de nuestro control, como el quedarnos repentinamente sin trabajo o una enfermedad grave de algún familiar; también se dan por el mal manejo que le damos a la plata. Ahora, ¿cómo puedes identificar eso que sí está en tu control? Préstale atención a lo siguiente:
- Tus gastos mensuales son más altos que tus ingresos.
- Sabes que tienes deudas, pero no eres consciente de cuánto es el total que debes realmente.
- Pagas con atraso tus tarjetas de crédito o te dedicas a pagar solo el mínimo cada mes.
- Te toca pedir prestado con frecuencia para llegar a fin de mes.
- No tienes un ahorro reservado para emergencias.
- No te aceptan nuevos créditos por tener bajo historial crediticio o no contar con capacidad de endeudamiento suficiente.
Paso 2: a tomar ese toro por los cuernos
De las crisis se sale empezando por aceptar nuestra situación. Nada de quedarnos llorando para siempre sin hacer nada. ¡No, hay que tomar acción! Si ya eres consciente de que tus finanzas están mal, ya diste el primer paso. Así que, ánimo. Ahora vas a empezar a poner orden en la manera en que administras tu plata. Esto es importantísimo para empezar a salir de deudas e identificar en qué es en lo que se va la plata cada mes que hace que no te rinda. Y la mejor herramienta para hacerlo es el presupuesto, una forma de tener un control de tus ingresos y gastos. Para seguir uno, esta es la receta:
- Crear un Excel (o la herramienta que prefieras) y lo vas a dividir en tres columnas: ingresos, gastos y deudas.
- En ingresos, literalmente, anotas los ingresos que tienes en el mes, tantos fijos como variables. Los fijos corresponden a esos que siempre tienes y no cambian, como el salario. Los variables son esos que te entran de vez en cuando, como pagos de comisiones o algún trabajo extra que hagas como independiente.
- En gastos vas a prestar mucha atención, porque vas a anotar todos, y cuando te decimos todos, es absolutamente todos los gastos que tienes. Y los vas a priorizar, empezando por los más importantes: arriendo, comida, transporte, servicios públicos, etc. Luego le siguen los que son, por así decirlo, gustos: suscripciones a plataformas de streaming, membresías de gimnasio, domicilios, en fin.
- Si bien las deudas también son un gasto, es importante que las separes para que tengas claro cuánto es lo que debes.
Paso 3: reducir gastos
Seguro te preguntarás, ¿y las deudas qué, si es lo que más te preocupa? Pues bien, antes de poder liquidarlas, tienes que hacer ajustes en la manera en la que gastas porque si no te alcanza ahora la plata para pagar, pues algo hay que recortar.
Como ya tienes listados todos tus gastos en tu presupuesto, ahora lo que vas a hacer es empezar a cortar. ¿Por dónde empezar? Fácil, por lo que no usas. Si tienes muchas plataformas de streaming, pues quédate con tu favorita y cancela el resto. ¿Pagas gym y solo has ido una vez en el último mes? Adiós, cancela eso.
Luego de eliminar lo que no usas, vas a buscar alternativas para los gastos que sí necesitas pero podrías reemplazar. Es decir, sabemos que el transporte sí o sí tiene que estar dentro del presupuesto. Ahora, si te transportas en taxi, considera cambiar a bus por un tiempo o incluso a andar en bicicleta si los trayectos no son tan largos. Otro ejemplo, cuando vayas al super, reemplaza las marcas comerciales por las de marca blanca de la misma cadena que, por lo general, son más económicas. Y aquí te va otro, si eres de las personas que gasta en comida fuera cuando vas al trabajo, considera cocinar en casa y llevar tus almuerzos en un tupper.
Paso 4: salir de deudas
Ahora sí, vas a empezar a liquidar esas deudas que te tienen con tanto estrés. Hay dos alternativas que puedes seguir:
- Método avalancha: pagas por completo la deuda más grande y que mayores intereses te está generando. Y de ahí vas bajando hasta llegar a la más pequeña.
- Método bola de nieve: empiezas por la deuda más pequeña y lo que “te sobra”, es decir, ese monto que deberías pagar de esa deuda, se lo abonas al pago de la siguiente y así sucesivamente.
Si, definitivamente, no te da para pagar nada porque las deudas ya te sobrepasaron, lo que puedes hacer es contactarte con tus acreedores para negociar nuevos acuerdos o alternativas. Una de esas opciones es una unificación de deudas, que consiste en que te unifican todas las deudas que tienes en una sola con menos intereses.
Paso 5: empieza a ahorrar
Tener un ahorro para emergencias es, precisamente, lo que te permite afrontar esos choques inesperados como quedarte sin trabajo o accidentes que afectan tu presupuesto. Una vez ya tengas más control de tu situación, habiendo reducido gastos y gestionado tus deudas, ¡hay que abrirle espacio al ahorro dentro del presupuesto! No importa si comienzas con pequeñas cantidades, lo importante es que seas constante y crees el hábito. Mes a mes puedes ir aumentando la cantidad hasta que llegues a metas que estén dentro de tu comodidad.
Por último, procura no vivir tu proceso en soledad. Que no te de pena hablarlo. Si estás atravesando una crisis financiera, convérsalo con tu familia y lleguen entre todos a una solución. Muchas veces, los problemas se nos hacen mucho más difíciles de cargar cuando no nos apoyamos en nuestro grupo cercano. En Kamina te acompañamos en tu camino financiero, si quieres mejorar el manejo de tus finanzas, regístrate en la lista de espera para descargar nuestra app.