¿Sueles apostar? No te culpamos, el riesgo y la incertidumbre son muy atractivos cuando existe la posibilidad de ganar unos dólares fácilmente, y más si es viendo cómo tu club gana el partido más importante de la etapa. Las apuestas, sin embargo, traen una larga cola de efectos y consecuencias que impactan las finanzas personales y la salud en general. Y dirás “nunca he perdido, soy un crack”, pero queremos dejarte una verdad como golpe en el estómago: las casas de apuestas nunca pierden.
Por eso, en este artículo, vamos a contarte por qué estos juegos de azar te atrapan con tanta facilidad, cuáles podrían ser las consecuencias económicas e, incluso, psicológicas. Pero antes de llegar a ese punto, vemos necesario explicarte cómo funcionan las apuestas y por qué son tan adictivas. Solo así podrás identificar esos factores justo antes de entrar en ese mundo.
¿Qué te hace apostar?
La necesidad de experimentar cosas nuevas o escapar de un problema, la publicidad, la facilidad con la que se puede apostar hoy en día, la presión social o incluso una necesidad económica empujan a muchas personas a hacer su primera apuesta. ¿Qué crees que te empujaría a ti?
Para muchos, la experiencia puede quedar en una sola vez, sin embargo, es muy fácil que una persona lo vuelva a hacer y que, poco a poco, caiga en una adicción con graves consecuencias financieras.
Vistas desde la psicología, las apuestas activan un proceso de reproducción de los aprendizajes y de lo que gustó; por ello, se tiende a la repetición. Esto podría explicar el porqué los jugadores creen saber lo que tienen que hacer para ganar siempre.
Así mismo, en “la adolescencia toma un especial énfasis pues, en el proceso de búsqueda de identidad, estamos sujetos a la imitación… a la búsqueda de sensaciones de agrado y placer… en esta era de las redes sociales… estamos bombardeados de estímulos atractivos que invitan a pensar menos y sentir más, repitiéndose conductas sin análisis de riesgos y peligros”. Así nos explica el experto la tendencia cada vez más creciente que tienen los niños y adolescentes a apostar, quienes definitivamente son un público altamente sensible.
¿Por qué las apuestas son tan adictivas?
Ahora que entiendes esos factores que podrían inducirte al juego, es hora de ver qué las hace tan adictivas.
El trastorno del juego o también conocido como ludopatía es un impulso incontrolable por seguir apostando sin observar las consecuencias. Las personas con esta condición están dispuestas a arriesgar muchísimo dinero con tal de intentar ganar un premio que es incierto.
- Al apostar, el cerebro activa su sistema de recompensa y te regala una buena dosis de dopamina (la hormona del placer), que dura un momento y luego disminuye. La adicción a las apuestas, así como otros tipos de adicciones, se produce porque el cerebro necesita de esas dosis de dopamina de forma constante e incontrolada.
- Con el exceso de confianza, sobre todo si ya se ha ganado alguna vez, las personas suelen pensar que apostar y ganar es mucho más fácil de lo que realmente parece, esa sobreconfianza les lleva a apostar y, generalmente, perder más dinero del que se pudiera ganar.
- El refuerzo intermitente que hace que las apuestas sean tan impredecibles es lo que las hace también tan adictivas, porque las personas nunca saben si la próxima vez será la que ganen y toman el riesgo sin pensarlo dos veces.
- Justificaciones provocadas por un efecto de disonancia cognitiva, que hacen que las personas crean en cábalas o rituales de la suerte que solo fomentan la sensación de control pero que es imposible que influyan en los resultados.
- La facilidad con la que se puede apostar en línea representa un grave riesgo, especialmente para niños y adolescentes, cuya inmadurez los hace más propensos a caer en conductas impulsivas. De hecho, el “Reporte Digital 2023”, de Mentinno destaca que, en Ecuador, casi el 40% de los jugadores son jóvenes de entre 18 y 24 años.
- La alta tolerancia al riesgo que tienen algunas personas las hace más propensas a la adicción y a apostar grandes sumas de dinero porque no temen perderlo.
Consecuencias financieras de las apuestas
1. Pérdida del empleo
Comenzando con pequeñas apuestas y ausencias justificables en el trabajo, la adicción al juego puede escalar rápidamente, consumiendo cada vez más tiempo de la jornada laboral. A medida que la necesidad de apostar se intensifica, las responsabilidades laborales se ven relegadas a un segundo plano hasta finalmente perder esa fuente de ingresos.
2. Caer en morosidad
La adicción al juego suele desencadenar una espiral de deudas insostenibles. La prioridad de apostar por encima de cualquier otra obligación financiera, como el pago de tarjetas de crédito o préstamos, conduce inevitablemente a la morosidad y a una crisis económica que puede durar años.
3. Optar por créditos informales
La necesidad de dinero rápido puede llevar a las personas a recurrir al chulco, quienes se aprovechan de su vulnerabilidad. Los altos intereses y las prácticas abusivas de estos prestamistas generan un círculo vicioso de endeudamiento, sumiendo a las personas en una situación de precariedad económica y emocional.
4. Solicitar asistencia financiera a familiares
Estas deudas familiares, aunque no tengan intereses, son una bomba de tiempo que puede destruir relaciones. La adicción al juego convierte estos préstamos en una carga que la familia no puede soportar, generando pérdidas y un ambiente de desconfianza.
5. Robo
La adicción al juego puede llevar a personas aparentemente normales a cometer actos delictivos, poniendo en riesgo su libertad y dañando a quienes más quieren. Robos en el trabajo, a la pareja o incluso a los propios padres, en el caso de niños y adolescentes, son ejemplos de las consecuencias extremas a las que puede conducir esta adicción.
6. Venta/pérdida de bienes personales
El impulso descontrolado por las apuestas empuja a las personas a deshacerse de objetos de valor como celulares y computadoras… Este es el comienzo de situaciones más graves en las que terminan perdiendo sus bienes inmuebles, en fin, todo su patrimonio, quedando en la ruina total.
Las consecuencias de las apuestas pueden desencadenar un estrés financiero tan abrumador que repercuta significativamente en la salud física y mental, generando un efecto dominó en diversos aspectos de la vida. Por eso, también nos vemos en la necesidad de hablarte de ello. ¡Vamos a ver!
¿Qué otras consecuencias conllevan las apuestas?
Si bien las consecuencias económicas pueden ser las más evidentes, también existen otras que parecen menos obvias pero igual de importantes: los problemas psicológicos y físicos. El doctor Pozo, a quien citamos previamente, concluye que estos problemas pueden ser:
- Aislamiento social, al dejar de lado otras responsabilidades y círculos sociales y familiares.
- Depresión ocasionada por las pérdidas económicas y la presión.
- Ansiedad ante la constante incertidumbre y sensación de zozobra.
- Afecciones cardíacas, hipertensión, afecciones intestinales, alteraciones del sueño y la alimentación, entre otros.
- Adicción a las drogas.
- Suicidio.
Finalmente, queremos compartir contigo algunos datos relevantes sobre las apuestas en Ecuador. ¡Te vas a quedar loco!
En resumen
Si bien las apuestas, podrían verse como un juego bastante inofensivo, lo más probable es que terminen con pérdidas económicas considerables. Nuestro consejo experto es que nunca tomes los juegos de azar a la ligera y que priorices tu estabilidad económica, física y mental por encima de cualquier sensación rápida de placer. El dinero fácil sin consecuencias no existe, es una verdad que no se puede negar.
