Hace poco, se estrenó una película: Intensamente 2. Y seguramente, al igual que la primera, seguirá siendo referente por muchos años en el ámbito académico. En las aulas de clases de marketing, psicología y medicina, por mencionar algunos escenarios en los que se estudiará más a detalle. Por la manera en la que logra ilustrar la mente y explorar eso que sentimos y no sabemos manifestar. Y las finanzas personales no deberían quedarse por fuera de este análisis. A lo mejor, el haberlo excluido por tanto tiempo ha incidido en la manera en que nos relacionamos con el dinero.
Pero vamos a desarrollar esta idea con calma. ¿De qué se trata esta película? Para quienes no la han visto, un resumen ejecutivo: el film nos presenta a Riley, su protagonista, quién se encuentra atravesando la pubertad. Y cuando nos remontamos a esa edad, lo que se nos viene a la mente es un reguero de emociones a diestra y siniestra. Bueno, eso es lo que hace Pixar en este caso, darle cara a cada una de esas emociones. Y explicar la manera en que no se pueden ver aisladas unas de otras, ni entenderse todas como negativas. Porque, el subtexto real de la película, es decir, el verdadero tema es: la manera en que somos lo que somos gracias a esos recuerdos que tenemos en nuestro subconsciente y que, inevitablemente, están amarrados a una emoción. Ahora, la clave y herramienta que nos enseña la obra es que debemos aprender a abrazar las emociones y saberlas gestionar; porque cada una tiene algo que aportarnos.
¿Qué tiene que ver esto con las finanzas personales?
¡Absolutamente todo! Verás, los seres humanos crecemos con una serie de creencias, parte de ellas producto de nuestras vivencias (como lo deja ver la película), otra por lo que nos enseñan y nos dejan de enseñar. Entonces, cuando en nuestro entorno crecemos alrededor de expresiones como “el dinero es malo”, “no hay que hablar de dinero”, “el dinero corrompe”, “si nací pobre, ese será siempre mi destino”, y muchos otros mitos que puedes leer en otra entrada de blog que tenemos sobre el tema; estamos limitando nuestra mente y afectando negativamente nuestros comportamientos.
Ahora, cómo se cambia: la metodología Kamina
En Kamina entendimos que la solución está en la educación financiera. Pero no entendida en un nivel reduccionista en el que por decir que si se muestran conceptos financieros, ya se está enseñando. Eso es el equivalente a no apuntar a nada. El cambio en el que nos centramos es en el acompañamiento. Y esto significa conocer a las personas, entender cuáles son los sesgos con los que cargan, cómo está su manejo del dinero; para, de esta manera, guiar con un plan de acción. Unas recomendaciones concretas que entregamos, a partir de un modelo de inteligencia artificial que integra psicología y ciencias del comportamiento. Y si lo fuéramos a ver como un framework, este sería:
1. Un autodiagnóstico en el que las personas entienden su situación actual.
¿Qué hacemos nosotros?
Perfilamos según las necesidades puntuales o problemas que están teniendo con su manejo financiero desde su propia percepción.
2. Un espacio para registrar gastos, deudas e ingresos que le da a los usuarios un panorama completo de en qué se les va el dinero.
¿Qué hacemos nosotros?
Esta información la integramos a nuestro perfilamiento. Con la data que recibimos de AVAL (con consentimiento del usuario, claro) podemos complementar nuestro conocimiento sobre las finanzas de las personas.
3. Un score y perfil financiero que les ayuda a los usuarios a definir su camino financiero y empezar a mejorar.
¿Qué hacemos nosotros?
Entregamos recomendaciones personalizadas según lo que conocemos de cada persona.
4. Facilitamos las conversaciones por medio de Kami, nuestra coach financiera virtual.
¿Qué hacemos nosotros?
Propiciamos un espacio en el que no se juzga, donde las personas pueden exponer su situación y emociones respecto a algún problema puntual y se le aconseja por medio de acciones puntuales a sus preguntas, pero se fomenta el aprendizaje al mismo tiempo por medio de simulaciones y retos.
En Kamina queremos ser ese camino que las personas no saben cómo recorrer. Esa herramienta que, desde la educación y la tecnología, ayuda a sanar las emociones negativas; no evitándose, sino ayudando a transformarlas. Porque, así como en Intensamente, la ansiedad y el estrés no se deben enterrar, sino entender sus causas para llegar a una solución real.